Dante, Divina Comedia, 10

  Va a ser una constante que las almas con las que se encuentran, al saber que Dante no es uno de ellos le pidan que de noticias de ellos a su familia para que recen por ellos

Cuando ya me libré de todas esas
sombras que suplicaban otras súplicas,
porque su salvación les llegue antes

  Sordelo se ofrece de guía hasta donde pueda porque él no tiene asignado aún su sitio en el Purgatorio. Y Virgilio le describe de donde viene, osea el limbo

No entristecen martirios aquel sitio
sino tinieblas sólo; y los lamentos
no suenan como ayes, son suspiros.

  Les avisa que podrán seguir subiendo mientras haya luz, de noche una serpiente confunde a las almas "que, de impotencia, quita los deseos" de ascender. Buscan refugio en un vallecillo donde se encuentran muchos príncipes que con sus ambiciones dejaron su conversión para el final. Aparece la serpiente y dos ángeles enviados para proteger a las almas (con las alas verdes) la expulsan.
  Entretenido con la charla por la noche, al clarear el día, Dante se queda dormido, tiene un sueño y al despertar se encuentra junto a Virgilio en las puertas del Purgatorio. Un ángel le graba en la frente siete veces la letra P a Dante y le dice que procure limpiarse de ellas tras lo cual les abre las puertas.
  En este nivel se encuentran los que pecaron de soberbia, agobiados con enormes pesos. Habla con ellos sobre la vanidad de la fama y ve grabados en la piedra ejemplos de soberbia castigada. Tras ver esto nos intercala una oración, el padre nuestro, transformado por su sensibilidad y por supuesto en verso
Y al igual que nosotros las ofensas
perdonamos a todos, sin que mires
el mérito, perdónanos, benigno.

  Los recoge un ángel y los deja a los pies de una escalera que los llevará al segundo nivel. Antes de esto le borra a Dante una de las P grabadas en su frente, tras lo cual se encuentra como si le hubiesen quitado un peso de encima.
  En este cerco se encuentran los envidiosos, con muchos de los cuales van hablando hasta llegar a otra escala y un ángel les indica el camino. La luz que despide le deslumbra y Virgilio le dice que conforme vaya ascendiendo se irá acostumbrando. Al llegar arriba Dante es arrebatado por un éxtasis en el que ve ejemplos de mansedumbre.
  Comienzan a andar por el tercer cerco, donde cumplen su penitencia los iracundos y una espesa sombra más negra que en el infierno les envuelve.
Negror de infierno y de noche privada
de estrella alguna, bajo un pobre cielo,
hasta lo sumo de nubes tenebroso

  Guiado por Virgilio hablan del libre albedrío, ¿predestinados o libre voluntad?

El cielo inicia vuestros movimientos;
no digo todos, mas aunque lo diga,
una luz para el bien o el mal os dieron

  Salen de la oscuridad y ascienden al cuarto nivel, donde ya es de noche.

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