Dante, Divina Comedia, 11
Mi dulce padre, dime, ¿qué pecado
se purga en este círculo? Si quedos
están los pies, no lo estén las palabras.
Y él me dijo: El amor del bien, escaso
de sus deberes, aquí se repara;
aquí se arregla el remo perezoso.
Virgilio comienza a hablarle del amor como principio de toda virtud y de todo vicio. Esto da pie a explicar cual es su naturaleza y cómo se pueden dominar los apetitos. Ya de noche preguntan a unas almas el camino para continuar ascendiendo. Extraviado en sus pensamientos se queda dormido.
Al despertar un ángel los conduce a la subida del quinto cerco y ya en él ve a gentes que lloraban tumbados en la tierra cara abajo por haber sido avariciosos.
Y como nuestros ojos no pusimos
en alto, fijos sólo en lo terreno,
la justicia en la tierra aquí los clava.
El monte sufre un gran temblor y voces cuya causa les explicará un alma que camina tras ellos
Tiembla cuando algún alma ya limpiada
se sienta y se levanta o se encamina
para subir y tal grito la sigue
El alma es la de Estacio, un poeta romano del siglo primero, que se alegra de conocer a Virgilio.
Ya el ángel se quedó tras de nosotros,
aquel que al sexto círculo nos trajo,
una señal quitando de mi frente
Estacio les cuenta los pecados que le retienen en el purgatorio y el tiempo que lleva purgando los mismos, así como se convirtió al cristianismo. En este círculo el hambre y la sed estimuladas por la vista de frutas y arroyos purifican a los pecadores por la gula.
Todos, los ojos hundidos y apagados,
de pálidos semblantes y tan flacos
que del hueso la piel tomaba forma
Un ángel les muestra la escalera para ascender al séptimo círculo y mientras suben Dante pregunta como se puede adelgazar donde no hay necesidad de alimento natural.
Según que nos afligen los deseos
y los otros afectos, toma forma
la sombra, y es la causa que te admira
Al llegar arriba ven que está cubierto de llamas excepto un estrecho camino por el borde y que dentro de ellas están las almas de los que se embrutecieron con obscenidades cantando himnos sobre la castidad.
Comentarios
Publicar un comentario