Dante, Divina Comedia, 8
En el siguiente saco, el octavo, encuentran una multitud de lenguas de fuego y dentro de cada una un pecador, los que han dañado al prójimo con astucias o con consejos fraudulentos. En una de ellas se encuentra Ulises con quien se entretiene conversando.
En el noveno están los que siembran disturbios y discordias, en el que los diablos arrancan los miembros a los condenados a los que les vuelven a salir para que vuelvan a ser cortados.
En el noveno están los que siembran disturbios y discordias, en el que los diablos arrancan los miembros a los condenados a los que les vuelven a salir para que vuelvan a ser cortados.
¡Oh tú, que vivo, la crudeza
de las penas vas viendo de los muertos,
mira si alguna ves de más fiereza!
En el último saco se encuentran los falsificadores de monedas, a los que falsificaron en sí a otra persona y los que falsifican la palabra, todos padeciendo enfermedades penosas y repugnantes.
En el centro del último saco hay unos pozos de los que sobresalen gigantes y será uno de ellos quién los descienda al noveno círculo cuyo suelo es de hielo muy duro donde enterrados en él están los condenados por ser traidores
En el centro del último saco hay unos pozos de los que sobresalen gigantes y será uno de ellos quién los descienda al noveno círculo cuyo suelo es de hielo muy duro donde enterrados en él están los condenados por ser traidores
...En el hielo había sombras, castañeteando
los dientes cual cigüeñas.
Luego yo vi mil rostros por el frío
amoratados y terror me viene
y siempre me vendrá de aquellos hielos.
Está dividido en cuatro departamentos concéntricos inclinados hacia el centro. En el primero están los traidores a su propia sangre, luego los que traicionan a la patria y al partido, los que lo son a sus amigos y por último los que han traicionado a sus jefes y bienhechores.
El último departamento se llama Judeca y en su centro que es a la vez el centro de la Tierra, saliendo medio cuerpo de un pozo, se encuentra un enorme y horroroso Lucifer. Al verlo
De como me quedé helado y atónito
no lo inquieras lector, que no lo escribo,
porque cualquier hablar poco sería.
Yo no morí, más vivo no quedé:
piensa por ti, si algún ingenio tienes,
cual me puse privado de ambas cosas.
¡Qué asombro me produjo su cabeza con tres caras!, bajo las tres salía un gran par de alas de murciélago. En cada boca devora a un pecador, uno es Judas, el otro es Casio y el tercero Bruto.
Nuestros protagonistas, superando sus miedos y agarrándose a la pelambrera atraviesan el centro de la Tierra y salen al otro lado del hemisferio a disfrutar ya de la luz.
La situación en la que se encuentra Lucifer (el portador de la luz) es en la que quedó tras ser arrojado de los cielos, el impacto fue tan grande que atravesó la Tierra hasta el centro de la misma.
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