Dante, Divina Comedia, 9

  Una vez descendidos al suelo siguen el rumor de un arroyo y ascienden por un risco

Subimos, él primero y yo después,
hasta que nos dejó mirar el cielo
un agujero, por el cual salimos
a contemplar de nuevo las estrellas.

 Desde aquí iniciará el canto de la ascensión al Purgatorio

y cantaré de aquel segundo reino
donde el humano espíritu se purga
y de subir al cielo se hace digno

  El Purgatorio deja de ser el canto de la ira y lo será del amor y la esperanza. Dejamos atrás las blasfemias de los condenados y oiremos las alabanzas a Dios. A la violencia, el terror y el dolor de los tormentos le sucede la aceptación de los pecados y de su penitencia y una melancólica pero dulce tristeza.
   Lo representa sobre un mar que se encuentra hemisferio opuesto al del Infierno, una montaña que asciende con forma de cono truncado con once rellanos, incluido el suelo de la isla. Los cuatro primeros podemos considerarlos como un antepurgatorio donde las almas negligentes son retenidas hasta que pueden pasar al Purgatorio, otros siete rellanos en los que en cada uno se purga un pecado capital. Sobre la cima, siempre verde, se encuentra el Paraíso terrenal.

Estando en la playa se les acerca Catón que es el guarda de esa zona; aquí Dante se muestra muy audaz al situar a un pagano que además se suicidó, pero en él puede más el comportamiento honesto que otras consideraciones, se suicidó por defender las libertades civiles contra Julio César y siempre mantuvo un comportamiento ético intachable. Extrañado por su presencia pregunta que hacen allí, viniendo del Infierno

Éste aún no vio la noche postrimera,
más tan cerca le puso su locura,
que tocaba ya el fin de la carrera

  Catón le aconseja que se purifique con agua para borrar las huellas de su paso por el Infierno y que se ciña con juncos, planta que simboliza la humildad.
  Mientras buscan el camino para ascender ven una barca pilotada por un ángel que viene a depositar almas en la playa y desembarcadas estas se entretienen con los poetas ante lo extraño de contemplar allí a uno que respira. Catón acude severo para que sigan su camino y huyen todas al bosque.
  Buscando su camino se encuentran con unas almas que suben al primer rellano y se van con ellas.
  En todas estas situaciones habla con algunas de ellas que suelen ser personas conocidas del poeta.
  En el rellano se hallan las almas de los que se convirtieron en el último instante de su vida y las de los que descuidaron su salud eterna pero en su muerte se arrepintieron y perdonaron a sus enemigos.
  Se les acerca Sordelo, un trovador del s.XIII que tuvo una vida muy accidentada, paisano de Virgilio y la charla que mantienen le da pie a Dante a increpar la división de Italia

¡Ah esclava Italia, albergue de dolores,
nave sin timonel en la borrasca,
burdel, no soberana de provincias!

  y a exponer las causas de tanta desdicha

Las Atenas y Espartas que inventaron
las viejas leyes tan civilizadas
del bien vivir, hicieron débil prueba
comparadas contigo, pues que haces
tan sutiles decretos, que a noviembre
los que hiciste en octubre nunca llegan.



Comentarios

Entradas más populares de este blog

Plinio el Joven, Epistolario, 8

Plinio el Joven, Epistolario, 24

Plinio el Joven, Epistolario, 19