Dante, epílogo

  Podemos imaginar a Dante, un verdadero poeta e intelectual de su tiempo, obligado por las necesidades familiares y de posición social a trabajar de funcionario ( no los de hoy que nos puede parecer a los que no lo somos una lotería ), y no parece que sea una combinación muy feliz. A pesar de ello, mira dentro de sí y con la mayor sinceridad, analiza y nos cuenta los efectos que le provoca el amor por Beatriz. Más intenso y doloroso a veces que la vida pública que lleva y nos regala su Vida Nueva. Pocos autores nos cantarán mejor sobre el amor y el erotismo que experimentan-sufren los enamorados. Habrán cambiado las formas, pero en cuestión de sentimientos y sensaciones, como más o menos dice el tango, setecientos años no es nada y que poco hemos cambiado. Un libro para leer.
  Enredado en las intrigas políticas de finales del siglo XIII, se encuentra en el exilio y enfrentado al papa. La Iglesia tenía el monopolio de la educación y la lengua en que se expresaba era el latín, que necesitaba un enorme esfuerzo para su aprendizaje. Tal vez por su enfrentamiento y porque era un defensor convencido de las bondades de la unidad italiana, para lo cual necesitarían un idioma común al alcance de todos, su obra está escrita en romance toscano. Lo que puede ser también una forma de marcar diferencias con una Iglesia que, como muchos, consideraba corrupta y ajena absolutamente a los dogmas de fe que proclamaba. Durante mucho tiempo hubo tres patriarcas, el de Bizancio, Roma y Alejandría y entre ellos hablar de discordia es poco. Llegaron hasta acusarse los unos a los otros de herejes, que no era asunto baladí entonces.
  Hay quienes afirman que Dante no era creyente e incluso algo herético. Cuando alguien tiene éxito, todos quieren "arrimar el ascua a su sardina". Para mí leyendo la Comedia veo a un creyente convencido y deseando convencer de que el cristianismo es la religión verdadera; con un vasto conocimiento teológico que superaría con mucho al de muchos relajados y mundanos eclesiásticos contemporáneos suyos.
  Pero es un ingenio libre y seguro de sus conocimientos, con poco que perder cuando la escribe, excepto su alma. Toma por modelo de su Infierno a otros infiernos de la literatura clásica (Virgilio, Homero) y le añade un Purgatorio y un Paraíso, divididos en cercos a los que asigna pecados y virtudes y por supuesto pecadores con sus castigos, almas tristes con la esperanza de prosperar y virtuosos con su dicha. Su erudición y su actividad política hace que conozca a muchos personajes y su colocación en un lugar u otro es lo que nos revela sus sentimientos y pensamientos, que suelen ser justos tanto con amigos como enemigos; lo que no impide que sea descarnado con algunos de los tipos de pecadores y que estos sean en numerosas ocasiones cargos de la Iglesia.
  Leyendo la Comedia en más de una ocasión me perdía y en más de una ocasión me resultaba ( y resulta ) difícil entender el sentido. Espero que lo escrito le sirva a alguien para facilitarle su lectura.
  Una última cosa. En su paso por el Paraíso podemos ver a Dante cada vez que sube a otro cielo, más feliz, más contento y las maravillas que contempla también van aumentando. Y lo hace utilizando palabras normales que consiguen su objetivo sin tener que lanzar un "súper-mega-guay".
  Y cuando le faltan las palabras cuando comprende el Misterio, simplemente se calla...
 
 
 
 
 
 

Comentarios

  1. Pues espero que nunca comprendas el "misterio.....Y no calles jamás.
    A sus pies Don Pedro.

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