Maquiavelo, El príncipe, 5


   Como vemos, no entra en consideraciones morales. Analiza los hechos como si estuviese en un laboratorio y si los resultados de sus acciones contribuyen al fin perseguido. Si es así, se puede considerar un éxito y como tal nos lo cuenta.
   La siguiente parte de ese razonamiento nos lo dirá en el siguiente capítulo, en el que nos habla de los que alcanzan el poder mediante delitos. "...el hecho de matar ciudadanos, traicionar a los amigos y no tener ni palabra, ni piedad, ni religión: de esa forma se puede obtener el poder, pero no la gloria".
   Vuelve a mostrarnos los límites que separan sus disertaciones, nos pone el ejemplo de Agatocles, y nos repite que esas acciones para alcanzar el poder no lo hacen inferior a otros gobernantes, pero tampoco nos permite aclamarlo entre los grandes hombres. No creo que fuese la gloria lo que más preocupaba a los gobernantes de su mundo.
   Estos gobernantes se pueden mantener seguros en el poder durante mucho tiempo. "Según sea buena o mala la utilización del delito. Una buena utilización (si se puede hablar bien del mal) se hace en un momento concreto para asegurar algo y tratando de sacar provecho para los súbditos. Y una mala, la que va aumentando el número de delitos".
   "Los ultrajes hay que hacerlos todos a la vez para que, al saborearse menos, la ofensa sea menor. Mientras que los beneficios hay que hacerlos poco a poco, para que los saboreen mejor".
   Otra forma de alcanzar el poder es con el apoyo de los ciudadanos, sea el del pueblo o el de los poderosos. Parte de la idea de que los primeros no quieren ser sometidos ni oprimidos por los poderosos y que estos sólo desean someter y oprimir al pueblo. De aquí a la separación de poderes sólo hay un paso, de hecho hablará de instituciones existentes como el senado que deben servir para amortiguar los desequilibrios de poder entre ellos.
   El que llega al poder con el apoyo de los poderosos le costará más mantenerse porque no los puede manejar a su antojo y además son similares a él. Será muy difícil contentarlos a todos mientras que el pueblo lo que desea es únicamente no ser oprimido. Cuando el príncipe llegue al poder, sea de la mano de quien sea, lo primero que tiene que hacer es ser amigo del pueblo. Puede parecer una más de sus deducciones, pero lo que propone con ello si siguieran su consejo es ahorrarle la mayor parte de los sufrimientos y padecimientos a los más débiles en estas situaciones, tan comunes en su tiempo.
   Un príncipe sabio tiene que buscar la manera de que sus ciudadanos le necesiten a él y al estado.
   El último tipo de principado que trata es el eclesiástico. Aquí las dificultades se plantean antes de poseerlos y se necesita virtud o suerte para conseguirlo. Es la parte más alejada de lo que realmente piensa, pero hay que tener en cuenta que con su obra quiere congraciarse con los Medicis de Florencia y en el momento de escribirla, uno de ellos había sido nombrado papa. A partir de su obtención, es la institución religiosa quien se encarga de mantenerlos. Son los únicos que tienen estados y no los defienden, súbditos y no los gobiernan; pero ni son atacados ni los súbditos se van.
 

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