Anónimo, Lazarillo, 1


    Creo que ya le toca el turno a una obra española y me parece que ésta, en su aparente sencillez, reúne muchos elementos para que así sea. Para comenzar, hemos de situarnos en el comienzo del Renacimiento, en el siglo XVI, anterior al llamado Siglo de Oro de las letras españolas, en unos momentos en que el castellano, ya consolidado como vehículo de expresión literaria y oral, sigue enriqueciéndose y formando su carácter moderno de lengua nacional, y esta obra reúne los requisitos para poder considerar su lenguaje como castellano clásico modélico, flexible, expresivo y sutilmente irónico, con un estilo equilibrado, preciso, rico y oral, tal como preconizaba uno de los hermanos Valdés (Juan), de los que ya tendremos ocasión de hablar.
   Por otro lado, es una obra de una gran originalidad que rompe con los moldes establecidos y será el germen de un subgénero realista y específico, el de la novela picaresca. El protagonista, Lázaro, es un anti-héroe, y no tiene nada que ver con los personajes de los géneros de moda en su tiempo, los de los "libros de caballería" y los de "pastores y cortesanos enamorados", con su idealización del amor y sus magnificados e imposibles hechos. A los que, por supuesto, hará referencia en muchos momentos de la obra con el recurso a la parodia (interpretar con humor otra obra, autor o tema mediante la emulación o alusión irónica); a la gran epopeya de las gestas guerreras y amores idealizados de pastores, opondrá una epopeya de hambre cuya única preocupación será la de subsistir. Aquí no se despreciará el popular refrán y se pondrá a la misma altura que la cita culta.
    Otra cuestión que habría que destacar es su inspiración erasmista, en un país donde existe la Inquisición, obra de los Reyes Católicos, donde la Iglesia ( no hemos llegado aún al cisma de Lutero) tiene un papel preponderante y condiciona las costumbres. Y a la que llega un monarca, Carlos I, que aunque no siga una política nacional sino más bien dinástica, se irá perfilando, por sus intereses en Alemania, como defensor de la Iglesia de Roma.

   La vida de Lazarillo de Tormes y de sus fortunas y adversidades, que así es el título original de esta obra, se imprimió siempre como libro anónimo. Las ediciones más antiguas que se han conservado son cuatro y todas del mismo año, de 1.554 en Burgos, Alcalá de Henares, Amberes y Medina del Campo, pero ninguna es primera edición. En el inicio del relato nos dice que cuando tenía ocho años se hizo "cierta armada contra los moros", el desastre de los Gelves sucedido en 1.510, dónde su padre murió. Es la última derrota de Fernando el Católico frente a los moros. Al final de la obra hay una referencia a la entrada triunfal del emperador Carlos V en Toledo, ciudad comunera derrotada tres años antes, y cuya fecha conocemos con exactitud: 27 de abril de 1.525, el hecho de destacar este suceso que materializa el logro del emperador de la paz en el país y en Europa, nos permite plantear que el autor es un fiel cortesano del mismo, pero de los años veinte y no posterior. Con lo que unido al hecho de que el Lazarillo es una sátira y ese género conlleva el relato de hechos contemporáneos, a menos que se ofrezcan en forma de alegoría, que no es este caso, nos permite pensar que la fecha de su composición se corresponde con los primeros años de la década de 1.530.

   Con cuatro ediciones un mismo año, seguro que tuvo un gran éxito, y seguro que nadie lo reclamaría como propio porque fue una obra incluida en el Índice de libros prohibidos por la Iglesia, así que a partir de entonces se ha especulado mucho sobre quien pudo ser el autor de esta obra; para poder disfrutar de ella, no necesitamos saber su nombre, porque vemos que el autor en lo primero que piensa es en dar gusto a los lectores, "se huelguen con ello todos los que algún gusto hallaren" y nos la ofrece como una unidad acabada.

 

 

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