Plinio el Joven, Epistolario, 4


   A su regreso a Roma, hacia el 84, es nombrado "séviro", título honorífico con carácter anual que consistía en la jefatura de las ceremonias públicas de una de las seis "turmas", escuadrones, en los que se dividía en el censo el estamento de los caballeros y en la organización de los Juegos Sevirales. Un gran honor para Plinio porque eran nombrados por el emperador y solía escoger a miembros del patriciado romano en el inicio de sus carreras políticas.
   A partir de aquí, la cuestión de las fechas y nombramientos se complica, pero se ha calculado que alcanzaría el cargo de cuestor (magistrado encargado de la administración del erario público y de la recaudación de impuestos), la primera magistratura importante del "cursus honorum" hacia el 89-90, osea, dos o tres años después de la edad mínima para acceder al puesto que estaba en los 25 años. El cargo le abre las puertas del Senado, el cargo y demostrar que se tenía una fortuna de más de un millón de sestercios, condición imprescindible para ser senador.
   Hacía el año 92 sería nombrado tribuno de la plebe, se dedicaban a su defensa y tenían numerosas e importantes atribuciones. Era un cargo muy antiguo, de los inicios de la República, surgió como una forma de aliviar el poder ejercido por los patricios sobre la plebe; para ello no dudaron en recurrir a la violencia, a la política y a las huelgas. De todo ello nos habla el historiador Tito Livio en su obra "Ab Urbe Condita", una historia de Roma desde su fundación de la que se han perdido muchos libros.
 
   A pesar de que existen opiniones de que su carrera se paró por la oposición de Plinio al régimen "tiránico" de Domiciano, la verdad es que tras el tribunado y el siguiente cargo debía de transcurrir un año, cosa que no ocurre con nuestro autor que es nombrado pretor en el 93; esto sólo podía ser así si el emperador lo autorizaba.
   A su abuelo político (Fabato) dirige varias cartas del Epistolario, en la 7,16 le habla de Calestrio Tirón, al que a su vez dirigirá varias cartas y nos cuenta: Servimos juntos en el ejército, juntos desempeñamos nuestros cargos de cuestores del César. Él obtuvo antes que yo el tribunado en virtud del privilegio concedido a los padres de tres hijos, pero lo alcancé de nuevo en la pretura, merced a que el César me eximió del año que debía mediar entre las dos magistraturas. El César al que atribuye su nombramiento es Domiciano, con el título evita unir su nombre al del emperador cuya memoria, tras su muerte, había sido condenada por el Senado. Por otro lado, ya con anterioridad a Augusto, se veía como un problema la baja natalidad de los romanos, tanto por métodos anticonceptivos, infanticidio y el desapego a la tradición familiar. Para paliar esto, Augusto, concedió una serie de privilegios a las familias de tres hijos, además de leyes que favorecieran la natalidad.
   El tema central de esta carta es la manumisión de los esclavos. Fabato, en una ceremonia privada con testigos, ha liberado a algunos de sus esclavos y Plinio le pregunta si quiere que su amigo de camino a la Bética se acerque y los libere como magistrado. La primera forma de liberarlos era legal y les otorgaba una serie de derechos muy importantes; pero esa misma manumisión pública en presencia de un magistrado romano, era la única que los convertía en libertos de pleno derecho y de manera irrevocable.

   Al año siguiente, el 94, Plinio es nombrado "prefecto del tesoro militar", cargo en el que se mantendría hasta el año 96, el año del asesinato de Domiciano. Era el encargado de las finanzas del ejército y del pago del premio establecido a los militares cuando acababa su tiempo estipulado de servicio. Aquí si hay un pequeño parón hasta su nombramiento por Nerva y Trajano para la prefectura del Tesoro de Saturno en el 98. Lo que podemos definir hoy como el Tesoro público, obtenido mediante la recaudación de impuestos, se hallaba situado en el templo de Saturno, en la colina del Capitolio en Roma.
 

Comentarios

Entradas más populares de este blog

Plinio el Joven, Epistolario, 8

Plinio el Joven, Epistolario, 24

Plinio el Joven, Epistolario, 19