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Mostrando las entradas de julio, 2018

Plinio el Joven, Epistolario, 10

   Aunque Plinio conozca la moral estoica y coincida con algunos de sus preceptos, no vemos en sus cartas gran preocupación ni por la filosofía ni por la religión, se inclina más por la tolerancia y el eclecticismo, características también de la ideología de la Nueva Academia de moda en su tiempo. Nada puede haber más honroso que la tolerancia (8,22). Yo, por mi parte, considero que el mejor hombre, el más justo, es aquel que perdona a los demás como si él mismo todos los días cometiese alguna falta, y que, no obstante, se abstiene de cometerla como si no pudiese perdonar a nadie por ello... mostrémonos implacables con nosotros mismos e indulgentes con todos, incluso con aquellos que no saben perdonar a nadie salvo a sí mismos.     Por lo demás, encontraremos en 2,3 una actitud elogiosa hacia un sofista y en 3,11 el agradecimiento de Plinio a un filósofo por los elogios que le dedica. Hay que decir que Plinio se hizo cargo del pago de sus deudas y que le dio dinero...

Plinio el Joven, Epistolario, 9

   A pesar de todo lo dicho, no pierde oportunidad para ver la parte amable de las cosas y sobre la condición de los enfermos, en la carta 7,26 nos hace la siguiente reflexión: Recientemente, el estado de extrema debilidad en el que se haya uno de mis amigos, me ha hecho pensar en lo excelente que somos cuando estamos enfermos, ¿ a qué enfermo lo atormentan la codicia, la ambición o la lujuria? ... En ese momento, recuerda que hay dioses y que él es mortal... Así pues, lo que los filósofos intentan enseñarnos con muchas palabras e incluso con muchos tratados, puedo resumirlo para ti y para mí en este breve precepto: esforcémonos por ser, estando sanos, tal y como reconocemos que seremos cuando caigamos enfermos.     A petición de Tácito, en la carta 6,16, relata la muerte de su tío, Plinio el Viejo, durante la erupción del Vesubio del año 79. Me ruegas que te relate la muerte de mi tío materno a fin de que de ese modo puedas transmitirla con mayor fidelidad a los ...

Plinio el Joven, Epistolario, 8

   Plinio piensa que la literatura le brinda la oportunidad de conseguir fama y gloria en vida y la inmortalidad de su nombre tras la muerte. Así en 9,14 dirigida a Tácito nos confiesa: si los hombres venideros se interesarán o no por nosotros, no lo sé, pero, sin duda, nosotros merecemos que así sea, no digo ya por nuestro talento, pero sí por nuestra aplicación, por nuestro esfuerzo y por el respeto a la posteridad. Ese deseo de fama es permanente en Plinio, la carta 7,20 dirigida también a su amigo Tácito es clara: recuerdo que, siendo yo joven, cuando tú ya gozabas de amplia reputación y gloria literaria, deseaba seguir tus pasos, ser el más próximo a ti, y así ser considerado, "el más próximo, aunque a un largo trecho", la cita es de Virgilio, así que su modestia es sólo aparente, reconoce la superioridad de su amigo pero se considera superior al resto. Así que, por si no lo tenemos claro: Cada uno tiene su propia idea de la felicidad. Por mi parte, yo considero al homb...

Plinio el Joven, Epistolario, 7

   En 1,13 tras alegrarse de las numerosas lecturas públicas que se organizan, normalmente en pórticos, baños y bibliotecas, pero también en casas particulares, aunque a los romanos les cueste acudir a las recitaciones, critica la actitud de algunos que entran cuando ya está iniciada e incluso que se van antes del final. Y para colmo no permanecen allí mucho tiempo, sino que se marchan antes del final, unos con gran sigilo y como ladrones, otros abiertamente y sin el menor embarazo.      En 7,17 nos desvela Plinio sus motivos para hacer una lectura pública de sus discursos forenses, a pesar de ser criticado por algunos que no piensan que sean materia para recitaciones. Todo el mundo tiene sus propios motivos para hacer una lectura pública. El mío es el de que se me hagan notar aquellas imperfecciones que hayan podido pasarme inadvertidas. Y nos explica su método, primero él mismo las revisa, después le lee a dos o tres personas de su confianza, entrega copias ...

Plinio el Joven, Epistolario, 6

   Ese tipo de cartas que hemos comentado, son fruto del interés literario pero, me parece que también, son ejercicios para su adiestramiento en fórmulas ya establecidas de saludo, de cortesía, introducción de temas, agradecimientos y demás que le servirían para mejorar y aumentar su fama como orador. El envío de discursos (forenses), excepto en la 9,4 , suele ser empleado para darnos noticias sobre alguno de ellos y como previo al tema del que realmente quiere hablarnos o para que le aporten correcciones a los mismos como en 1,2 le pide a su amigo Arriano: el caso es que algo he de publicar, sin duda, y puesto que ello es así, me gustaría que fuese este discurso que ya está terminado (oyes aquí la voz de mi naturaleza perezosa). Otra carta pidiendo correcciones es 2,5 sobre un discurso perdido y que se conoce como "Pro Patria", seguramente forense en defensa de su ciudad Como, en mis otros discursos sometía a la consideración general de los hombres sólo mi conciencia y mi b...

Plinio el Joven, Epistolario, 5

   Es Trajano quien lo recomienda para la elección de cónsul y Plinio las ganará a finales del año 100. Con motivo de esto, pronunció ante el Senado el acostumbrado discurso de agradecimiento al emperador, obra que nos ha llegado y que conocemos como "Panegírico del emperador Trajano".    A partir de aquí, ya como senador de rango consular experto en derecho, especializado en el testamentario, es invitado en varias ocasiones al Consejo privado del emperador. Éste le otorga el sacerdocio del augurado en el 103, nos lo dice Plinio en la carta 4,8 y le sirve para hacer un símil de su carrera con de Cicerón, su modelo a imitar u a quien le gustaría emular. Me felicitas porque he accedido a la dignidad de augur. Me felicitas con razón: en primer lugar, porque, incluso en los asuntos de menor importancia, es hermoso merecer el favor de un príncipe tan excelente; y en segundo lugar, porque el propio sacerdocio no sólo es antiguo y venerable, sino también absolutamente sag...

Plinio el Joven, Epistolario, 4

   A su regreso a Roma, hacia el 84, es nombrado "séviro", título honorífico con carácter anual que consistía en la jefatura de las ceremonias públicas de una de las seis "turmas", escuadrones, en los que se dividía en el censo el estamento de los caballeros y en la organización de los Juegos Sevirales. Un gran honor para Plinio porque eran nombrados por el emperador y solía escoger a miembros del patriciado romano en el inicio de sus carreras políticas.    A partir de aquí, la cuestión de las fechas y nombramientos se complica, pero se ha calculado que alcanzaría el cargo de cuestor (magistrado encargado de la administración del erario público y de la recaudación de impuestos), la primera magistratura importante del "cursus honorum" hacia el 89-90, osea, dos o tres años después de la edad mínima para acceder al puesto que estaba en los 25 años. El cargo le abre las puertas del Senado, el cargo y demostrar que se tenía una fortuna de más de un millón de ...